El UNiverso.

Llegó hasta rendirle culto. A sus 25 años sentía que no era aceptado por la sociedad y buscó una “salida”. Se volvió un adicto a la marihuana y así permaneció durante ocho años. Era agresivo y paranoico. Pasó por varios tratamientos médicos, pero ninguno funcionó.

A sus 33 años, Tiburcio vive un nuevo proceso de recuperación que, señala, le da resultados. Por su vivencia le ha llamado la atención, pero también le ha generado interrogantes el proyecto de Ley orgánica para el uso del cannabis (marihuana) con fines médicos y terapéuticos que impulsa la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira (AP).

“Sé que es bueno para el cáncer y para aliviar el dolor a enfermos en estado terminal, pero la restricción quién la aplicará… tienen que estar las reglas bien definidas…”, opina Tiburcio, quien prefiere mantener en reserva su apellido.

El 13 de junio pasado, Rivadeneira presentó la propuesta legislativa para ser debatida, según la página de la Asamblea, ante unas 200 personas, entre expertos, científicos, investigadores, especialistas, profesionales de la salud y estudiantes de biotecnología.

Dentro del proyecto se menciona la importancia de establecer el cannabis como alternativa médica viable en el Ecuador para el tratamiento de enfermedades terminales o de complejidad. “Tanto el tratamiento de cáncer como el del VIH tiene un complemento médico extraordinario en el uso del cannabis, sobre todo en cuanto al alivio del dolor”, agrega.

La propuesta, que aún no tiene informe para el primer debate, podría ser incluida en el Código Orgánico de la Salud, que sería debatido en las próximas semanas.

Dieciséis artículos y tres disposiciones: una reformatoria, una transitoria y una final forman parte de este proyecto que busca regular el cultivo, cosecha, industrialización, almacenamiento y comercialización para uso medicinal y terapéutico del cannabis en el país.

Según la propuesta, los órganos reguladores serán la Autoridad Sanitaria Nacional, la Secretaría Técnica de Drogas y el Comité Interinstitucional. La primera entidad emitirá el catálogo de enfermedades que podrán ser tratadas con el cannabis, así como otorgar licencias para cultivo, cosecha, industrialización, almacenamiento y comercialización.

El comité establecerá la cantidad de semillas o plantas de cannabis y las especificaciones técnicas para la obtención de la licencia y la cantidad para uso médico personal. Mientras, la Secretaría Técnica de Drogas será la que deberá crear un registro médico autorizado por la Autoridad Sanitaria Nacional, para emitir las recetas y certificados médicos en el control del uso medicional.

El secretario técnico de Drogas, Rodrigo Suárez, manifestó que solo conocía del tema a través de la prensa. “En el momento que nosotros seamos parte de una discusión, yo puedo dar un pronunciamiento, porque no conocemos el contenido”, indicó el funcionario, que participó la semana pasada en el relanzamiento de la plataforma Retuco en Guayaquil, para prevenir el uso del alcohol en los jóvenes.

La propuesta legislativa ha generado varias posturas de especialistas y médicos.

Carlos Orellana, director técnico del Instituto de Neurociencias de la Junta de Beneficencia, señala que nadie puede negar la potencial utilidad de algunos derivados cannabinoides, pero estos deben ser utilizados en forma farmacéutica, con presentaciones, indicaciones y posologías adecuadas para que sean prescritas de manera segura.

Sin embargo, expresa que esto no significa que se deba aprobar la venta legal de la marihuana con el argumento de que tiene derivados que sirven en la medicina, que “sí los tiene, pero de que por eso se la debe considerar de venta legal es otra cosa totalmente diferente”.

Dice que los derivados cannabinoides, al igual que los de otras muchas plantas que se utilizan en medicina, deben pasar por un proceso de investigación in vitro, luego experimentar en animales y experimentos clínicos, para luego ser comercializada siguiendo el proceso de farmacovigilancia.

Julieta Sagnay, directora de la Clínica de la Conducta, dice que el país y la sociedad aún no están preparados para enfrentar el tema, “ni siquiera académicamente existe un pénsum para preparar a los profesionales en temas de adicciones”.

Indica que no se está abordando correctamente el síndrome de abstinencia producido por la hache, por lo que tampoco el país y la sociedad están preparados para diagnosticar a tiempo y atender a una población con enfermedades duales producidas por la adicción.(I)

Declaración
Investigación

Comunidad científica
En el 2015 la Asociación Psiquiátrica de América Latina declaró que “los hallazgos científicos que respaldan el uso terapéutico de cannabis, si bien es cierto existen, son insuficientes”, y consideró necesario profundizar la investigación que los respalde.

http://www.eluniverso.com/noticias/2016/07/10/nota/5680737/proyecto-uso-cannabis-trae-expectativa-e-interrogantes